| Conecta Industria |
-
Si tuvieses que definir la transformación digital en una frase, ¿cómo la definirías?
Como el cambio en el modelo de negocio y la cultura de la empresa a partir de la incorporación de tecnologías que mejoren sus capacidades actuales, impacten en la relación con los grupos de interés, y redunden en una mejora de los resultados, al tiempo que ofrece posibilidades de traspasar las fronteras del negocio tradicional ofreciendo nuevos productos o servicios o complementando los existentes con nuevas ofertas de valor añadido.
-
¿Qué diferencia la digitalización de la transformación digital?
La primera forma parte de la segunda, aunque tiene un menor impacto en cuanto que ataca de manera aislada uno o varios aspectos de la gestión, con el objetivo principalmente de automatizar algunos procesos, eliminar errores, o manejar gran cantidad de información para la toma de decisiones, por ejemplo.
La Transformación digital implica la digitalización de procesos, pero con un enfoque estratégico, en la que se abren nuevas oportunidades en base a la tecnología.
Transformarse digitalmente no es estar en las redes sociales para vender.
-
¿Por qué es necesaria la transformación digital en las empresas?
Porque de otra manera otros ocuparan los lugares que no queremos seguir ocupando nosotros en el mercado. ¿Por qué tenía que haberse transformado Kodak o BlockBuster o BlackBerry?. Pero podemos hablar de otros ejemplos en nuestro país como Cosentino o Campofrio o el Grupo Inditex o la Banca.
La transformación digital arrastra también a los consumidores y usuarios de nuestros productos y servicios. El consumo por internet es un hecho incuestionable ya hoy en día. No hace tanto que no se podía comprar más que en unos pocos portales, marcas concretas, y rezando para que te llegase el pedido sin contratiempos. Ya nadie compra en un portal que no te avise de que tu pedido ha sido procesado, que te de información de su estado, la fecha prevista de entrega, etc.
El time to market es clave, la experiencia de usuario también, llegar pronto a nuevos mercados, ofrecer nuevos productos y servicios de valor añadido, antes que nuestra competencia es fundamental para la subsistencia del negocio. ¿Quién cree que sobrevivirá con más garantías, el que ha hecho un proceso de transformación digital o el que se lo sigue pensando?
-
¿Las empresas que no se transformen digitalmente están abocadas a desaparecer?
Cuando menos lo está a sufrir y, si, posiblemente a desaparecer. Siempre hay negocios que pese a no hacer ese proceso, seguirán en el mercado. Normalmente negocios pequeños o de muy alta especialización. Pero incluso estos últimos tendrán que estar muy seguros de poder mantener esa diferenciación y ser competitivos, ya que puede aparecer un competidor en cualquier lugar del mundo a un click de distancia y borrarnos del mapa.
-
Hablando de Asturias, ¿cuál es la situación actual? ¿estamos concienciados?
Yo diría que estamos concienciados, pero no activados. Sabemos en general que es necesario moverse y que es hora de hacerlo, pero da cierto vértigo y no siempre es fácil para una PYME afrontar un proyecto de transformación digital.
Por otra parte, hay un relevo generacional a las puertas de coger las riendas de las empresas, en algunos sectores clave de nuestra economía y claro, «ya lo harán ellos dentro de unos años, pero de momento vamos a seguir así». Eso si existe ese relevo y no se está posponiendo sin más a la espera de una jubilación y cese de la actividad, que también se da el caso.
No hay un solo empresario que no quiera tomar decisiones que le permita mejorar la situación de su empresa, la cuestión es si hacemos visibles los beneficios de afrontar un proyecto de transformación digital o si los perciben o si pueden afrontarlos. Ahí es donde entra en juego Seresco.
Pero me preguntas por Asturias. Si me hubieses preguntado por otras regiones, la respuesta habría sido parecida. La cuestión es que en Asturias tenemos ciertas particularidades que nos obligan a ir más rápido o lo pasaremos peor. Pero si estamos suficientemente concienciados.
-
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la empresa ante la transformación digital?
Presupuesto, tiempo, paciencia, talento digital, estructura, … y en función de la dimensión de la transformación todas esas variables tienen su equivalencia. Un proyecto de transformación digital implica un cambio cultural, romper zonas de confort, involucrar a perfiles diversos en los que intervendrán nativos digitales con «odiadores» digitales, y no siempre es un tema de edad. No es un plug and play. No se llega se instala un «chisme» y se hace la luz. Es un proceso complejo en algunos casos, relativamente sencillo en otros, que requiere planificación, recursos, tiempo, implicación de todos y en especial de la dirección, y acometer un cambio cultural. Porque es un proceso imparable y continuo, como la evolución de la tecnología.
Las empresas necesitan tener personas dentro de sus estructuras capaces de liderar el proceso, que no quiere decir expertos en informática. Con la ayuda externa adecuada de socios que les acompañen y ayuden en el proceso. La elección de ese o esos socios es clave.
-
¿Qué departamento es más propenso a transformarse?
La transformación digital no aplica a un departamento. Eso lo hace la digitalización. La transformación afecta a toda la organización.
-
¿Está la enseñanza preparada para los cambios que se demandan en el sector tecnológico?
No. Podrías editar un número entero del periódico para desarrollar esta pregunta. El sistema es lento y poco dado introducir cambios que demanda el mercado a gran velocidad. Parece que de un tiempo a esta parte hay voluntad de trabajar en adecuarlo. Hay honrosas excepciones, claro.
-
¿Cuáles son los próximos retos de Seresco?
Estar a la altura de las expectativas de nuestros clientes por otros 50 años más, cuando menos.
Para leer la noticia completa aquí.