R3 PWM, Ontier, Vaciero y Seresco comparten la condición de ser empresas asturianas dedicadas a los servicios profesionales, un conjunto de actividades terciarias que asesora, resuelve problemas y a menudo transmite conocimiento indispensable para el desarrollo del resto del sistema productivo. Tales firmas tienen en común también haber desplegado proyectos con vocación de crecer desde Asturias hacia el exterior. En la tercera sesión de las jornadas “La Asturias que funciona”, Antonio González, presidente de R3 PWM, lo resumió como la vocación de convertirse en “primera opción” (“first choice”, en la expresión anglosajona utilizada por el directivo) para los clientes, sean estos de donde sean, y de hacerlo preservando los vínculos con la región.
Otro nexo entre las compañías que ayer expusieron sus experiencias en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA: nutren sus equipos de profesionales que con mucha frecuencia proceden de la Universidad de Oviedo. “Empresa y Universidad deben estar permanentemente unidas”, resumió Manuel Busto, director general de Seresco. Lo hizo ante un público formado nuevamente por decenas de estudiantes de la Facultad de Economía y Empresa, organizadora junto al periódico del programa “La Asturias que funciona”, que cuenta asimismo con el patrocinio de Liberbank y la colaboración de la Sociedad de Promoción Exterior del Principado de Asturias (Asturex). El coloquio de estuvo moderado por José Alba, vicedecano de la Facultad.
Construir con realidades
Manuel Busto, director general de Seresco, subrayó que esta compañía asturiana especializada en servicios de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) acaba de cumplir medio siglo. “Es un gran hito para una empresa y todo un reto dentro de un sector como el de las TIC”, dijo. Apoyándose en la proyección de vídeos elaborados para Seresco con ocasión de esa efeméride, Busto incidió en la importancia de los valores de una empresa, común denominador en las ponencias de los participantes ayer en el programa de “La Asturias que funciona”. “Las empresas son sus clientes, el personal que trabaja en ellas y la voluntad inquebrantable de dar servicio. Lo demás es consecuencia de ello”, afirmó en referencia a la cuenta de resultados. Manuel Busto puso el acento también en los vínculos entre la empresa y la Universidad, donde aún no existían oficialmente los estudios de informática cuando, en 1969, se firmó la escritura fundacional de la sociedad primigenia que con el tiempo dio lugar a Seresco, integrada ahora por 700 profesionales, con delegaciones en varios países europeos y latinoamericanos y un catálogo de actividades que incluye soluciones tecnológicas para la digitalización de las empresas y aplicaciones de uso en la agricultura más avanzada y en la cartografía. “Como se dice tantas veces, las empresas y la Universidad deben estar permanente unidas, algo que hay que construir con realidades”, concluyó el directivo.
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